La creatividad del cine en una ciudad educadora.

Evaristo González. 23 octubre, 2018.

Hay bastantes ciudades con una larga trayectoria relacionada con el cine. Nuestra memoria audiovisual recuerda nombres míticos, sobre todo en EEUU, Europa y ahora en Asia. Pero también hay otras que acumulan un historial cinematográfico importante, que apuestan por la industria del cine de forma globalizada y disponen de planes estratégicos de cara al futuro, no solo en la producción sino también en la formación del alumnado y ciudadanía en general, con la creatividad como eje fundamental. Ciudades con estudios universitarios relacionados con el cine, filmotecas, salas municipales de proyección, programas educativos, parques audiovisuales para grabaciones diversas y emisión de programas televisivos de gran audiencia. En resumen, urbes con una visión creativa y educativa que quieren consolidarse con una marca de identidad concreta, tal como ocurre en la que nos ocupa, declarada por la UNESCO Ciudad Creativa en Cine en 2017. Después del primer artículo de esta serie dedicado a aprender en ciudades educadoras y creativas y del segundo, centrado en educar con creatividad en ciudades integradoras, este tercero cierra la serie deteniéndose en el cine. La pretensión de los tres ha sido ofrecer ideas reales que sirvan como fuente de inspiración para otras poblaciones, basadas en el ejemplo de un núcleo urbano concreto, exportable a otros.

Arte
El llamado séptimo arte está muy unido a la vida de millones de personas. Les aporta infinidad de argumentos con historias que les ayudan a vivir otras vidas, a disfrutar, a evadirse y a aprender. Como arte que es, evoluciona y está sujeto a cambios. Hoy existen otras técnicas narrativas, nuevos formatos, otros productos y la necesidad de una continua adaptación a las nuevas posibilidades de la participación y del visionado, sea en TV, Internet, vía Apps, plataformas o por medio de los dispositivos móviles, desde cualquier lugar y a cualquier hora.

El cine crea, recrea, educa y fija mensajes con unos códigos concretos que las personas espectadoras interiorizan y, en cierto sentido, les influyen en el moldeado de su forma de pensar, de ser y de estar. En este sentido, una ciudad educadora aún lo es más cuando aúna la creatividad con la potencialidad que la tradición cinematográfica ofrece, como punto de partida para la planificación de actuaciones desde el presente pensando en el futuro.

Tejer
Teixint creativitat (tejiendo creatividad) es el lema que figura en el informe de la candidatura de Terrassa en el momento de optar a ser declarada como ciudad creativa del cine por la UNESCO, en un entorno donde la palabra tejer siempre se ha asociado a su larga tradición textil, ahora usada con otras acepciones de un gran simbolismo. En esta narración, la introducción de un flasback estaría formado por un largo historial de películas que son un patrimonio incluido en la Filmoteca de la Generalitat, con sede en la ciudad. El punto de partida se asienta en sólidas bases, a disposición del público en general pero también con actuaciones de difusión educativa en los centros escolares para que el alumnado construya y mejore su mirada cinematográfica. Por ejemplo, con la propuesta de que un director profesional (en este caso el terrasense Antoni Verdaguer) eduque al alumnado con una charla que incluye la proyección y el comentario de películas desde los años 20 hasta nuestros días, algunas ambientadas en la ciudad, con especial incidencia también en el trabajo de centros escolares que llevan muchos años impartidendo el cine como asignatura en las aulas. Un ejemplo motivador que incentiva la participación en propuestas concretadas en la guía de actividades educativas de la ciudad y en la oferta de convocatorias de entidades y organismos, como la Mesa Local del Audiovisual. Todo un patrimonio ciudadano.

Producir
Una ciudad creativa y educadora aprende con el cine cuando la ficción y la realidad son dos mundos en uno y el pasado y el presente sirven para mirar hacia el futuro. ¿Cómo implicar el entramado urbano para que la participación ciudadana sea real? Las pruebas de su efectividad se pueden observar en las actuaciones que se ofrecen y en la asistencia del público. Además, son fuente de inspiración para aquellos entornos que busquen ideas en el exterior de cara a programas que incluyan la creatividad, el cine y la educación:

– Los recursos que proporciona el Parc Audiovisual de Catalunya , con sede en Terrassa, un espacio situado en el extrarradio, en el entorno de un parque natural, con amplios platós donde se concentran empresas, rodajes, producciones de todo tipo y emisión de programas de televisión.
– Celebración de una semana del cine, con propuestas variadas y en formatos que se adaptan a públicos diversos. Con entrada libre y gratuita. Se trata de conservar y potenciar el conocimiento del patrimonio fílmico a través de la educación.
– Incidencia en la importancia del cine durante la celebración del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual (27 de octubre) con dos actuaciones: la primera, en los centros educativos y a través de la recuperación del espíritu del histórico cine amateur del siglo pasado en la ciudad, pero ahora adaptado a las nuevas tecnologías. Como mencionamos, Antoni Verdaguer será el conferenciante, que acabará con la segunda actuación: el preestreno del primer cortometraje documental de una serie que pretende dar a conocer personajes y hechos de la ciudad.
– Organización de actividades relacionadas con el mundo de la cinematografía por parte de las bibliotecas de la ciudad, con un intenso programa llamado “Bibliotecas, cine…¡acción!”: charlas, cinefórums, la exposición para conmemorar el 50 aniversario de una película de Stanley Kubrik, bajo el título 2001: Una odisea en el espacio. La obra de arte total y, por último, un ciclo sobre cine asiático.
– El impulso de las producción de películas en los platós del Parque Audiovisual, por ejemplo la titulada El fotógrafo de Mauthausen, una demostración más de la potente industria audiovisual del la ciudad, al servicio de productoras y empresas. O el caso de la comedia negra Matar a Dios, pensada, producida y estrenada en la ciudad.
– La ciudad, abierta a las producciones publicitarias que después se difunden por los medios de comunicación. Una de las últimas muestra una de las identidades de la ciudad con la intervención de chicas y mujeres que forman uno los grupos más importante de los “castells”, Els Minyons de Terrassa. Recordemos que estas torres humanas figuran inscritas en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2010.
– Las enseñanzas y el trabajo de la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC), ubicada en Terrassa y adscrita a la Universidad de Barcelona. Con un lema que define la escuela: El cine no se estudia, se aprende.
– La puesta en marcha de Apps específicas que ayuden a difundir las creaciones cinematográficas de la ciudad.
– La utilización de las sinergias que crean otros actos culturales masivos para introducir actividades sobre el cine. Es el caso de la edición de 2019 de la Feria Modernista de Terrassa, que atrae a miles de personas que visitan la tercera ciudad más poblada de Cataluña. Habrá actividades relacionadas con el cine.

En este tercer y último artículo se han recogido escenas de un guión previo a un tráiler anunciador de la gran película que se sigue rodando y tejiendo en Terrassa, cuyo argumento es la consolidación de una ciudad con un eje vertebrador más: el cine. El final no está previsto aún, de momento la trama hace años que comenzó pero seguro que será creativo y educativo, o sea, feliz.

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